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"Este año es para afianzarme y hacerme imprescindible"

A escasas veinte horas de abrir su temporada en España en la plaza de toros de Valdemorillo, -donde no gozó de toda la suerte del mundo-, Manuel Escribano nos recibió en su hotel de El Escorial. Un torero valiente, curtido en mil batallas; humilde y sensato, que tuvo la amabilidad de atender nuestras preguntas con una sonrisa siempre en la cara. Así es el diestro de Gerena, simpático por naturaleza y de carácter cercano. Nos puso todas las facilidades que estuvieron a su alcance para desarrollar esta entrevista en la que hacemos junto a él un repaso a cómo ha sido su trayectoria y qué espera del futuro más próximo.
Mario Gómez Gutiérrez

- Origen de la afición, ¿cómo dice Manuel Escribano quiero ser torero?

- Me he criado en el mundo del toro. Mi padre es veterinario y operaba al toro bravo en el campo, y de pequeñito me encantaba irme con él a verlo operar. Tengo también un tío que fue novillero, y por parte de mi madre, vengo de una familia de mayorales y picadores; todos muy relacionados con el mundo del toro. Los principios son bonitos, pero no puedo decir que haya un momento o unos comienzos, para mí, mis comienzos fueron cuando nací, ya que desde que tengo uso de razón poquito a poco he ido yendo a donde me llevaban, ya que desde que nací quería ser torero, y por eso tengo muchos recuerdos, desde pequeño iba al campo con mi padre y eso hace que todo sea muy especial.

- ¿Cuál es el concepto de Manuel en la plaza?

- Soy en la plaza como soy en persona, un torero trasparente, que pretendo trasmitir al público lo que siente y cómo estoy en cada momento. Me cuesta trabajo engañar al público y engañarme a mi mismo. Por eso me considero un hombre alegre que siempre me gusta disfrutar de las cosas, y eso lo llevo a la plaza. Procuro que mi toreo sea variado, que vaya a más, crecer como torero y como profesional, por lo que intento hacer ese toreo de calidad, el toreo largo, en el que sigo trabajando y por el que todos los días me levanto con ganas de seguir trabajando y aprender, para corregir todo aquello que se pueda.

- Manuel Escribano comienza a sonar fuerte a raíz de 2013, pero tomó la alternativa en 2004, ¿cómo fueron esos años?

- Son años muy complicados, años de  torear poco. El sistema te da un poco de lado, las empresas empiezan a no contar contigo y es un tiempo duro. Son años de aguantar, de asimilar lo que está sucediendo y tratar de aprovechar el tiempo para mejorar, aunque a veces cuesta. Son años en los que te basas en la ilusión, en la afición que tienes a esto, y sobre todo en creer en ti, en saber que aún no has dicho nada y que tienes mucho aún por decir, y en eso basas toda tu vida. Tratas de buscarte la vida para torear, ir al campo, estar preparado y no bajar la guardia. La verdad es que he sido capaz de aguantar hasta que llegó mi oportunidad en 2013, y me alegro muchísimo de haber luchado por ello.

- Quizá dos de los bastiones fuertes de Manuel Escribano, donde se ha mantenido y se le ha respetado mucho, son  Francia y Venezuela…

- Son dos países que me han mantenido ahí, y me han ayudado un poco a rescatarme de donde estaba. Me llegó una oportunidad, y fueron capaces de ver lo que yo podía aportar en el toro, y me dieron ese apoyo, esa confianza y ese punto de cariño que necesitamos los toreros. Pero sobre todo, como te decía antes, esas ganas de verme, que siempre ha hecho que me busquen un hueco para contar conmigo.

- Casi siempre lo vemos acartelado en corridas de carácter duro-torista, ¿cómo se lleva eso?

- La verdad es que no es fácil. El problema muchas veces es que no se fijan en el tipo de corrida de toros del que estamos hablando, te exigen un toreo y un nivel de exigencia igual que el de otro tipo de toro. A veces si que salta ese toro que te permite apretarlo por abajo, realizarle el toreo fundamental y plasmar lo que uno lleva en la cabeza, pero es las menos, porque son circunstancias de esas ganaderías, en las que el toro sale como sale y hay que darle su lidia. Yo casi siempre he sido fiel a mi concepto y siempre lo he intentado llevar a ese tipo de toro, muchas veces lo he conseguido, y si he destacado por algo, ha sido por lo que he conseguido hacerle. Creo que es un tipo de toro que te puede llegar a dar mucho si estás a la altura de esos hierros.

- Llega la Feria de Abril de 2013, El Juli cae herido, ¿dónde estaba Manuel Escribano en ese momento?

- Me encontraba en la plaza, vi la cornada en directo, porque estaba con unos amigos que habían venido desde Venezuela a pasar la feria, y los acompañé a ver la corrida. Cuando vi la cornada, sabía que el maestro estaba fuertemente herido, y a partir de ahí empezaron los contactos con la empresa.

- Usted había sonado para la feria pero al final en los carteles definitivos no aparece anunciado, ¿sabía que podía ser el sustituto?, ¿se le pasó por la cabeza?

- No lo sabía. Reconozco que sí que se me pasa, pero no lo sabía, porque es algo muy grande. Como bien dices, ese año estuve a punto de ir a la feria, incluso me hablaron de una corrida de toros, que en principio no era la que más me gustaba, pero que al final tampoco me la ofrecieron. Sabía que al menos había pasado por la cabeza de la empresa y, mira por donde, hay esa baja. Pero siempre es difícil, y más si es sustituir a una figura del toreo como es El Juli, donde hay mucha división de opiniones a la hora de buscar un sustituto, aunque sí que contaba con que era una de Miura. Yo era de Sevilla y no todos los toreros están dispuestos a ir a una de Miura a Sevilla.

- Y una vez que está hecho, ¿cómo se mentaliza en tan poco tiempo de Sevilla-Feria de Abril-Miura?

- No te puedes mentalizar, todo torero que hace eso y no está mentalizado las 24 horas del día y los 365 días del año, es muy difícil que salgan las cosas. No tuve que mentalizarme para nada, estoy siempre mentalizado para lo que pueda salir, lo que pueda surgir y esa es una de las virtudes mías, que sin saber nada y sin saber que puede pasar estaba preparado. Por esa parte sabía que tenía los deberes hechos, porque estaba seguro de mi forma, de mi preparación, y lo único era centrar la cabeza, saber que es para ti, que es tu oportunidad, que la tienes en las manos, y que hay que aprovecharlo.

- ¿Qué recuerda de esos días?, ¿qué sensaciones tiene un torero ante algo así?

- Pues imagínate, es algo que piensas siempre, cuando vas andando, cuando entrenas. Es como sueños, que tenemos y que serán o no serán y que se harán realidad o no, pero ahora estaba pasando y estaba ahí. Me propuse disfrutarlo, sabía que era una corrida de toros de Miura, y sabía que cabía la posibilidad de que no fuese todo como quería, al margen de lo que pudiera suponer para mi la tarde, sabía que tenia que disfrutar. Tengo recuerdos muy bonitos por las circunstancias que rodearon todo aquello: mi familia, mi cuadrilla reunida toda en casa, y fue todo una alegría incluso antes de haber pasado nada, ya que todo era muy positivo, todo era como mágico.

¿Y de Datilero, que nos puede contar?

- Es un toro que marcará mi vida, la verdad es que ahora llevamos su nombre por muchos sitios, desde un vestido que me hice y estrené en Sevilla el Domingo de Resurrección de 2014, hasta incluso en algunos grupos de chat. Lo tengo muy presente y no lo olvidaré, por la importancia que tiene un toro así de Miura, que independientemente de lo bueno que fuera, o cómo le hiciera yo las cosas, es lo que se vivió en la plaza, la emoción y cómo salió todo. Aun recuerdo como mucha gente me paraba y me decía que habían visto a sus padres o abuelos llorar aquel día con lo que pasaba en la plaza y que eso nunca antes había pasado, pues fue un toro que nadie veía venir, que fue de menos a más y que me ayudó mucho.

- Acaba la temporada 2013 y encaramos 2014. El público ya conoce a Manuel Escribano y es consciente de la dimensión que es capaz de dar y por eso comienzan a reclamarlo en las ferias, ¿qué ha supuesto en su carrera un número de 35 festejos?

- Ha sido la temporada de la que esperaba más. Aunque he dado la cara como torero y como profesional, interiormente quería mucho más. Quería muchos más triunfos en plazas importantes, aunque en esos sitios precisamente ha sido donde menos me han ayudado los toros. Aun siendo de diversidad de encastes, se ha dado así, y este año en las fechas claves no he tenido un toro que me haya permitido expresar mi toreo. Aunque hago balance positivo, ya que me ha servido para crecer muchísimo; me repuse de una cornada casi mortal, viví ese tipo de experiencias de no cortar las orejas y que las cosas no salgan como uno quiere, pero ha sido una temporada en la que he dado la cara y mi progresión ha sido hacia adelante.

- Confirmación en Madrid, las cosas no rodaron…

- La verdad es que es una tarde que esperas con mucha ilusión, sobre todo, después de una década como matador de toros que llegue ese día es muy bonito, pero por desgracia, ahí quedó todo. Fue una tarde insulsa, en la que no pasó nada, ni los toros embistieron, ni me dejaron ponerme, ni el público pudo disfrutar. Fue una tarde de toros inédita, y no hubo opciones. Por lo demás un recuerdo gris, ya que no pude estar bien ni mal, ni nada. Es una pena, ya que era una tarde muy esperada, pero bueno, si Dios quiere es un puerto que tengo ahí por conquistar y ojalá que sea pronto, porque tengo mucho que decir.

- Miramos también al futuro, ¿cómo plantea la temporada 2015, cuáles son los objetivos y cómo se presenta el panorama?

- Tiene que ser el año de afianzarme, un año en el que no puede haber excusa ninguna y que tengo que estar en todas las grandes ferias y dar la cara todas las tardes y hacerme imprescindible, y que cuando la gente salga de la plaza, se vaya contenta de la dimensión que he dado independientemente que haya podido pasar más o menos, dependiendo de las circunstancias, pues que quien haya pagado una entrada para ver a Manuel Escribano vea justificada su inversión en mí.

- Para esta temporada tan importante hemos visto que ha llevado a cabo un cambio de apoderados, ¿qué espera que le aporten?

- Sentí al final de temporada que tenía que producirse este cambio en el equipo, decidí dejar a Simón y a Roberto, que ha sido un hombre importantísimo en mi carrera. Sentía que por muchas razones, profesionales todas, tenía que haber un cambio, y la verdad es que con Taurodelta busco conseguir esa progresión y ese trabajo dedicado a Manuel Escribano que me permita entrar en el circuito de las grandes ferias.

- ¿Algo cerrado para el próximo año en cuanto a esas grandes ferias?

- La verdad es que está todo muy parado, ahora mismo aún no se nada de las grandes ferias y no sé cuando saldrán los primeros carteles, pero a día de hoy no sabemos nada.

- En la actualidad, está muy de moda que los toreros realicen denominadas “gestas”, que para otros son un habitual en su día a día, ¿tiene en mente realizar algo especial este año?

- La verdad es que no he pensado nada, aunque eso se puede ver. Si vemos que es oportuno, claro que lo haremos, pero primero pienso que debo reafirmar muchas cosas para poder exigir o creer que una gesta por mi parte se importante. Soy de gestas casi a diario, así que por mi parte no habrá inconveniente.

- Acabamos donde empezamos, Sevilla. Tras ser la base en el abono sevillano en 2014, con cuatro tardes y a pesar de que las cosas no salieron, ¿qué espera este año?

- Pues como bien dices, las cosas no rodaron el año pasado, porque quitando un toro de Jandilla, ninguno me ayudó. A pesar de todo, creo que mi paso por Sevilla ha sido un paso importante, he dado una dimensión distinta, y por eso Sevilla se ha quedado con ganas de mi y yo me quedo con ganas de ella siempre, por lo que al menos espero estar mínimo dos tardes, aunque me gustaría estar tres.

- ¿Alguna ya concreta?

- Para cualquier torero es un sueño entrar en el Domingo de Resurrección en Sevilla, aunque este año las cosas son diferentes al pasado, por lo que, como Sevilla es Sevilla, cualquier tarde es especial.

- Manuel Escribano es un torero que es asiduo de irse a portagayola, ¿Qué se siente en esos momentos?¿Tras haberlo realizado se pierde el miedo?

El miedo no se puede perder nunca, el miedo está presente, pero se trata de disfrutar ese momento, incluso con los miedos propios. Simplemente lo hago porque entra dentro de mi concepto, creo que atrae al aficionado y soy capaz de disfrutarlo

- Terminamos con esta dinámica, responda con una sola palabra. Toro más especial: Datilero. Traje de luces favorito: Azul marino y oro. Plaza: Sevilla. Ciudad: Sevilla. ¿Campo o ciudad?: Ambas. Ganadería: Sería complicado, pero por ser madre de muchas, Jandilla. Cartel ideal de todos los tiempos: Paquirri, Luis Miguel Dominguín y Manuel Escribano. 

- Agradecemos la deferencia de querer recibirnos a un servidor y a A.I.L., joven aficionada que tuvo la ilusión de acompañarnos y que disfrutó de la entrevista de primera mano. Desearle la mayor de las suertes y los triunfos en esta temporada Manuel, que seguro que serán muchos a tenor de la claridad de ideas y decisión con la que la afronta.

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