- Origen de la afición, ¿Cómo dice Jorge Isiegas quiero ser torero?
-Nací en Zaragoza, y todo comienza ahí. Un día mi abuelo me llevó a una corrida y desde los 3 años empiezo a querer ser torero. Al principio era lo típico, juegas con revistas y te lo tomas como un juego. Con 6 años, me vine a Madrid y fue aquí donde me apunté a la Escuela de Tauromaquia.
- Para todos es muy importante la familia, ¿Qué opina la familia? ¿Qué te dijeron en tus comienzos?
- (Risas) Aun estoy en mis comienzos, esto es una carrera de fondo, y ahora mismo solo la estoy empezando. Mi abuelo fue novillero y ese es mi antecedente, mi familia siempre me ha apoyado, pero siempre dejándome muchísima libertad y han estado.
- El del toro es un mundo duro, ¿Se centra Jorge en el toro exclusivamente o sigue formándose académicamente? Lo compaginas, trabajas…
- En la actualidad estoy intentando compaginarlo con A.D.E. (Administración y Dirección de Empresas), el primer cuatrimestre lo llevo bien, como coincide con el invierno, es más fácil compaginarlo; el segundo es más complicado, no me puedo matricular de todas las asignaturas, porque coincide con la temporada y no tengo tiempo suficiente, así que se compagina como medianamente se puede.
- Es importante tener un referente; ¿Quién es su espejo? ¿En qué torero se fija Jorge Isiegas?
- Créeme que no es porque me esté ayudando, pero admiro a Alberto Aguilar, por su forma de ser y de torear, es el torero que más me llena, desde siempre ha sido un torero al que he admirado. Para mí es todo un privilegio poder entrenar y compartir tantos momentos, me ayuda mucho a forjar mi personalidad como torero estar al lado de una figura.
- Quien no sepa cómo es en la plaza, ¿Qué puede decirno?
- Intento torear bien, a veces lo conseguiré y otras veces no, pero intento hacerlo lo más puro posible. Mi concepto consiste en intentar torear con la mayor naturalidad posible, sin demasiados adornos ni “bullicios”, trato de hacer el toreo de verdad.
- ¿Y fuera de ella?
- (Risas) Fuera de ella soy un chico normal, como puede ser cualquier chico de 19 años.
- Hablar de toreros, muchas veces es hablar de creencias, manías o supersticiones, ¿cómo es en este aspecto?
- En realidad, no tengo ninguna manía, soy católico y creo en Dios, pero nada más. Creo en Dios y en mí. Quizá, lo único que sí que me gusta hacer, es que las zapatillas o cualquier calzado siempre esté dispuesto tal y como me lo pondré, el del pie derecho a la derecha y el del izquierdo, a la izquierda; pero es una chorrada; si te da igual como colocarlo, déjalo bien, ¿no? (risas).
- 16 paseíllos en 2014, ¿Qué balance hacemos?
- Balance muy positivo, de cómo empecé a cómo terminé he crecido mucho. A toro pasado, hago una valoración muy positiva del haber actuado con el tipo de novilladas con las que me he anunciado. Quizá en esos momentos delante de la cara del toro, piensas que otro tipo de ganadería te hubiera podido ayudar más para cortar más orejas, pero a día de hoy me doy cuenta de que te sirven mucho para crecer. El balance que hago es positivo, ya que aun no habiendo sido una temporada de muchas orejas, me ha servido para madurar, y aunque las orejas son importantes, creo que la evolución está ahí y ahora toca refrendarlo sin ir más lejos en Illescas.
- Quizá uno de los puntos de inflexión de la temporada 2014 y a raíz del cual comienza a sonar más fuerte, es la final del Zapato de plata de Arnedo, donde paseó una oreja, ¿qué supone este certamen?
- La verdad es que en invierno yo no tenía nada, y con la confianza que teníamos Eduardo y yo en mí fue con lo que partimos en la temporada. Tuve la gran suerte de ser finalista en el Bolsín de Ciudad Rodrigo y en el Zapato de Plata. No fue fácil llegar, pero lo conseguí, quizá si hubiera cogido esa misma novillada en otro momento, estaríamos hablando de otra cosa, pero como te digo, la evolución se ha producido durante la temporada y por unas cosas o por otras no pude ganar el Zapato. Me quedo con lo positivo, que tal y cómo están las cosas ya querrían muchos toreros poder empezar la temporada en Arnedo, un escaparate en el que el nombre empieza a sonar fuerte.
- De todos es sabida la importancia de contar con apoyos y más en el mundo del toro. ¿Con qué apoyos cuenta? ¿Quiénes le acompañan?
- Cuando estaba en Zaragoza tuve la gran suerte de que Javier y Quino Valero, me ayudasen en mis inicios. A raíz de verme en una novillada, fue Eduardo Rodríguez quien está conmigo. Eduardo conoce muy bien los entresijos del mundo del toro ya que ha sido mozo de espadas de figuras como El Cid, César Jiménez o Alberto Aguilar entre otros. Por otro lado está el maestro Alberto Aguilar que también me ayuda, además suelo ir con él al campo y entreno mucho con él, lo que me sirve para poder empaparme de su técnica y mejorar mi toreo.
Nos centramos en su compromiso más inminente, su cita en “Soy Noviller@”. ¿Cómo llega al certamen? ¿Cómo se prepara? ¿Cómo son las sensaciones?
- La verdad es que me encuentro muy ilusionado. A medida que se acerca aumenta la inquietud, sé que me juego mucho ese día, pero el invierno con Alberto ha sido muy productivo, sé que los deberes están hechos. Creo que es un escaparate importante y tengo que aprovecharlo.
- La preparación ya está hecha, ¿hay algún aspecto que se intensifica en estos días?
- Estoy teniendo la gran suerte de que a Alberto le llaman muchos ganaderos para tentar y me lleva con él. Aparte del campo, sigo mi preparación habitual entrenando y viendo vídeos para empaparme de detalles, ir desarrollando y asumiendo los conceptos que puedo captar y corregir defectos que pueda tener. A parte de esta constancia en el entrenamiento, procuro vivir en el toro, estar muy relacionado con el ambiente taurino.
- ¿Qué puede decirnos de los compañeros de cartel?
- La verdad es un cartel muy bonito, me parece un cartel muy rematado. Yo ya he toreado con los dos y la verdad es que son dos toreros muy capaces, creo que puede ser una tarde muy bonita y esperemos no defraudar.
- ¿Y la ganadería?
- Es una ganadería de primera, el maestro César Rincón ha echado muy buenas novilladas estos años en Illescas y es una novillada a la que tengo mucha fe.
- Ya hemos superado el ecuador de esta primera fase del certamen, ¿cómo está viendo las novilladas?
- Es uno de los certámenes más rematados en cuanto a ganaderías y seriedad de las novilladas. Estamos viendo unas novilladas que están sirviendo para cortar las orejas, y los compañeros están a muy buen nivel, aunque yo me tengo que preocupar de mí. Ellos ya han mostrado sus armas y ahora es mi turno. Luego ya el jurado decidirá.
- Miramos también al futuro, ¿cómo plantea la temporada 2015, cuáles son los objetivos y cómo se presenta el panorama?
- Mi objetivo ahora mismo es Illescas, de momento es lo único que tengo y dependen muchas cosas de ello, prefiero ir tarde a tarde, y por eso solamente me centro en esta. Por supuesto que tengo objetivos o metas que me gustarían alcanzar, en la cabeza tenemos avanzar en el mundo del toro; pero a día de hoy depende todo de cómo vaya “Soy Noviller@”.
Aunque muy joven aún, la vida de un torero es muy acelerada. El próximo paso sería el debut con picadores, ¿Cómo lo ve, lejos o cerca…? ¿Cómo imagina ese día? ¿Zaragoza, quizá?
- La verdad es que es una idea que ya tenemos en la cabeza, pero que con total seguridad la forma de hacerlo va a depender de cómo se desarrolle el certamen. Si las cosas van bien se dará en unas circunstancias, y si no, será en otras diferentes. En cuanto a Zaragoza, es algo bonito, soy de allí, pero aún no he toreado ante mis paisanos, por lo que no te niego que sería ilusionante, pero si no es este año, al siguiente será; la plaza no se la van a llevar.
- Ahora vamos a hacer una dinámica en la que hay que responder con una sola palabra: Toro más especial: El toro de mi debut sin caballos en Valdilecha, se llamaba Alboroque y lo indulté. Traje de luces favorito: Uno nazareno y oro que me regaló “El Tato”. Plaza: Zaragoza. Ciudad: No tengo preferencias, quizá Madrid. ¿Campo o Ciudad?: Campo. Cartel ideal: Pepín Martín Vázquez, José Cubero “Yiyo”, Alberto Aguilar y Jorge Isiegas.