“Aunque en lo artístico no hayan brillado las ganaderías de las que más esperábamos, ha habido detalles muy importantes por parte de los toreros que han tapado esos fiascos ganaderos”. Este es el balance conciso y directo que hace el empresario Maximino Pérez de la pasada Feria de San Julián de Cuenca, de la que, en líneas generales, se encuentra satisfecho, pero teniendo en mente aspectos a mejorar.

“La feria es artísticamente salvable gracias a los sobreros que se han lidiado, porque la ganadería de José Vázquez no estaba anunciada en un principio, pero los que salieron rayaron a gran altura”, apunta. En ese sentido, confiesa que le hubiese gustado que saliera otro sobrero en la última corrida de toreo a pie, porque “esa tarde habría aumentado el resultado triunfal, ya que ese toro fue, por hechuras, el que más me gustó de todos los que han pasado por los corrales de la plaza”.

En el apartado de toreros, el responsable de la plaza de toros conquense destaca como triunfadores del ciclo a El Juli, López Simón y Diego Ventura, mientras que considera que no estuvieron a la altura de las circunstancias José María Manzanares, Sebastián Castella y Sergio Galán. Por su parte, amplía, Morante de la Puebla, Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante e Iván Fandiño sí estuvieron al nivel que se espera de ellos.

En cuanto a los dos más jóvenes anunciados en el serial, cree que “Espada dio la dimensión que se espera de él como torero y anduvo bien con un lote de justas opciones”, mientras que El Gallo “sacó esa raza de novillero después del fuerte golpe que se llevó, lo que condicionó su actuación, e hizo que no le pudiéramos ver en plenitud ni a todo lo que puede llegar. Pero esa actitud es encomiable”.

Esta Feria de San Julián pasará a la historia, entre otras cosas, por las sustituciones, y es que el intenso mes de agosto obligó a sustituir hasta tres toreros de los anunciados inicialmente. En lo que a esto respecta, Maximino Pérez apunta que “los tres salieron a hombros y rayaron a gran altura, por lo que volvemos a confirmar la regla de oro en Cuenca: 17 sustituciones por el momento, y 16 a hombros”. Profundiza y señala que a pesar de que Leonardo Hernández no tuvo su día, “es una figura del rejoneo ahora mismo, y sabemos que tiene mucho más techo, por lo que le doy un aprobado”. Manuel Escribano, por su parte, “tuvo la deferencia de regalar el sobrero, cosa que no es habitual en España, pero no tuvo toros delante y no se le puede medir justamente, aunque demostró mucha raza y oficio”. López Simón, finalmente, “bordó el toreo por momentos con un gran sobrero de José Vázquez, que fue excepcional por el pitón izquierdo en la muleta, y respondió como esperábamos cuando apostamos por él”.

Como aficionado, el empresario se queda con tres detalles de todo el ciclo: “Dos tandas con la mano izquierda de López Simón al sexto toro de esa tarde, otras dos con la misma mano de El Juli al gran toro Lorito de Daniel Ruiz, y una vuelta toreando con la grupa del caballo de Ventura a su primero, que parecía que no iba a ser nada, pero que al final le hizo embestir solamente a base de templar, y eso fue torear a caballo”.

La Feria de San Julián gozó, un año más, del respaldo de la afición conquense, que respondió de nuevo a la llamada de Maximino Pérez. No obstante, el máximo responsable de MaxiToro matiza que “viendo cómo fue la feria en cuanto al número de abonados, que subió un 1,5% este año, sí es cierto que esperaba que la entrada suelta, sobre todo los días más fuertes, tirara un poco más, por lo que le ha faltado ese empujón final”. Así las cosas, Maximino ha echado de menos “a unas 1.000 personas más en la plaza los días de las figuras”.

Queda claro, por tanto, que cada año hay que dar el máximo para renovar las ilusiones del público. Esta feria, sin ir más lejos, echó el resto tanto en la cartelería como en la promoción y publicidad de la misma. Con todo, el empresario confiesa que “ya le estoy dando vueltas a la feria de 2016 para ver qué me invento, porque aquí ya no basta con hacer carteles buenos, hay que inventarse cosas, hay que sorprender al aficionado y tratarlo con mimo y cariño”.

Por lo tanto, las miras ya están puestas en el año que viene, pero antes hay que acometer las obras de mejora en la plaza. “Espero que este mes tengamos la autorización municipal para iniciar los trabajos, pues nos queremos poner manos a la obra cuanto antes”. Y es que, concluye, “quiero estrenar una plaza bonita para el año que viene y para ello necesito tiempo, por lo que cuanto antes tengamos dicha autorización, mucho mejor”.