Último encierro. Tristeza. Último encierro. Miura. Leyenda. Último encierro. Velocidad, golpes, violencia y suciedad. Terminó el último encierro y la tristeza, porque hasta dentro de 357 días no volveremos a ver toros correr por las preciosas calles de Pamplona, me embarga. Terminó el último encierro y podemos celebrar la vida, estamos más vivos, todo ha salido bien. El balance de heridos de estos sanfermines ha sido bastante positivo.
A las 8 en punto de la mañana saltaba al cielo el último chupinazo de comienzo de un encierro en Pamplona de este 2023. Seis inconfundibles Miuras subían cuesta arriba a la velocidad de la luz. Un buey mandaba en los primeros metros del recorrido donde la manada iba, un día más, muy estirada con un morlaco metiendo emoción por el lado izquierdo al abrirse bastante hasta la altura del Mercado. Desde el final de La Cuesta hemos comenzado a ver una sucesión de carreras preciosas. Imaginemos que el encierro es como un hilo, un hilo que tiramos desde el comienzo hasta el final del recorrido por el centro de la calle, sólo hay que seguir ese hilo para ver las mejores carreras de los mejores corredores, y hoy han brillado.
El paso por Mercaderes con la torada como un tren de mercancías, en fila india y con toros adelantando al buey ha sido realmente bonito. La Curva la han cogido con poderío y sin ni siquiera topar contra el vallado ciego. El buey que iba delante del cuarto toro ha resbalado y ha propiciado que se partiese la manada en dos. Por delante un buey y tres toros volando, por detrás el resto de los astados.
Carrerones de los expertos y hábiles de Estafeta. Así han llegado a Telefónica, con los extraordinarios corredores llevando pitones en los riñones, muy bien colocados y deleitándonos, hasta que en la Bajada se han comenzado a suceder pequeños montoncitos de gente por el lado derecho, comprometiendo a más de un corredor que venían muy bien colocados corriendo con toro desde hacía muchísimos metros. Lo que comentábamos el otro día, ese tramo del encierro se está complicando en exceso por la gente que no corre y la gente que comienza a correr muy tarde por el ansia de protagonismo que supone entrar en la plaza. Muy sucio. Mucha camiseta de colorín para salir en la tele, y sí salen, pero haciendo las cosas mal.
En definitiva, encierro velocísimo, vistoso y sucio de Miura para despedir San Fermín.