La ganadería gaditana de Lagunajanda nos ha dejado esta mañana en Tudela un encierro largo, el más largo de las fiestas, vistoso y peligroso. La torada ha ido muy estirada hasta la curva de Caritat, donde por segundo día consecutivo han chocado los toros, se nota que en Tudela no hay antideslizante, y eso ha provocado que la manada se reagrupase y corriese el resto del trayecto hermanada, aunque con huecos para los mozos. Se ha notado que es sábado y la confluencia de corredores ha sido mucho más elevada, grandes corredores sea dicho, hoy no había toro para todos. A pesar de esta circunstancia, hemos podido disfrutar de carreras de muy bella estampa, muy meritorias y ajustadas.

Al llegar a la última curva, antes de la bajada al callejón, se ha vivido el momento de más peligro del encierro. Dos buenísimos y conocidos corredores se han cruzado entre ellos por el medio de la manada, viéndose comprometidos, se han metido un poco en un lío. El primero de ellos ha librado la situación con arte y maestría, terminando su espectacular carrera en el albero, controlando el espacio, el tiempo y la velocidad; El segundo de ellos lo ha tenido un poco peor, se ha quedado atrapado entre dos toros y se ha librado de la cornada por milímetros. Muy emocionante.

Para terminar, hemos vuelto a tener otra anécdota con dos bueyes, que al llegar a la bajada al callejón se han encontrado con la puerta de la plaza de toros cerrada y se han dado la vuelta corriendo espantados en dirección contraria, creando un momento entre cómico, divertido y un tanto peligroso.

Mañana el último del serial de Santa Ana 2023, y llegan de nuevo los jaboneros de Pietro de la Cal, en esta ocasión con toros, mañana llega el picante a las calles tudelanas. Suerte.