Con una importante afluencia de aficionados se inauguró el Gran Teatro Ruedo Las Ventas como escenario para el ciclo de Cine y Documental Taurino, donde se proyectó el largometraje “Tarde de Toros”, de Ladislao Vajda. Esta sesión, presentada por Carlos Abella, director gerente del Centro de Asuntos Taurinos, contó en el coloquio posterior con la participación de Agustín Díaz Yanes, director de cine, Paloma Mejías Bienvenida, hija del matador Antonio Bienvenida, protagonista del film, Luis y Domingo López Ortega, sobrinos del matador Domingo Ortega, también protagonista de la película y Sol Carnicero, coordinadora cinematográfica del ciclo.
Agustín Díaz Yanes, quien calificó “Tarde de Toros” como una magnífica película por dirección, guión, producción e interpretación, aseguró que “hoy sería imposible producir una película como ésta, con 4.500 extras moviéndose por la plaza. Pese a que es la tercera o cuarta vez que la veo me ha sorprendido comprobar lo buen actor que era Bienvenida. Los toreros, en general, son buenos actores porque están acostumbrados a estar rodeados de público”. Respecto al aspecto más taurino del film, Díaz Yanes entiende que Vajda eligió las partes más vistosas de las faenas en detrimento de las más clásicas. “Hay que tener en cuenta también que se rodó por las mañanas, con extras, y eso a los toreros no les motiva igual”.
Paloma Bienvenida, que vio esta película con su padre a los ocho años, dijo sentirse emocionada por la cantidad de detalles tan reales de la forma de ser de su padre “es verdad que cantaba muchísimo” y que pese a la rivalidad con Ortega que se refleja en la película “mi padre fue un grandísimo admirador de Domingo Ortega, a quien admiraba más que a Manolo Bienvenida”. Sol Carnicero dijo disfrutar esta película más cada vez que la ve y afirmó que se nota en Vajda su gran capacidad de montador porque, no en vano, lo fue de Billy Wilder. “Aunque como dice Díaz Yanes, los toros son verdad y las películas son mentira, esta es una gran película”.
Domingo López, sobrino de Ortega, dijo que lo sorprendente es que, aunque parezcan actuar, los toreros son así. “Mi tío tenía 50 años cuando rodó esta película en 1956, que disfrutó mucho, y se vistió de torero para rodarla porque se había retirado en 1954 tras una gravísima cornada de un toro de Miura en Sevilla, que le abrió la pierna del tobillo al muslo”. Respecto al éxito de esta película, dijo que había estado año y medio en cartel en un cine de la Gran Vía de Madrid. Intervino también Agustín Valle Vallito, el extra que dio vida al espontáneo que resulta cogido. Vallito relató las anécdotas de aquella secuencia, que costó tres días rodar “porque el toro era muy bueno y no me cogía”. Este actor fue fichado por Vajda cuando lo vio como espontáneo en una novillada en Valdemoro.
Finalmente, y con referencia a la rivalidad como una de las bases argumentales del film, los intervinientes estuvieron de acuerdo en que hoy la rivalidad es más oculta, “entre otras cosas”, dijo Díaz Yanes, “porque antes se producía básicamente en quites y con el toro de hoy y el tipo de lidia actual es mucho más difícil”.
El Ciclo de Cine y Documental Taurino continuará el próximo sábado 15 de noviembre, también en el Gran Teatro Ruedo Las Ventas, con la proyección de la película “Yo he visto a la muerte” y la presencia, entre otros, del matador Andrés Vázquez, Antonio Bienvenida hijo y el guionista de la película, Jaime de Armiñán.