Cuarta mañana de encierro en San Sebastián de los Reyes, hoy a cargo de los toros para rejones de Ángel Sánchez. Un encierro donde hemos disfrutado tanto el público como los espectadores, con unas carreras idílicas y casi para todos.
Al lío: la cabestrada salía como cada día imponiendo su fuerza y su ley, mandando, pero nuestros queridos morlacos de rejones se han pensado mucho el salir y se han quedado los seis a una buena distancia de los bueyes, facilitando con eso el baile de carreras desde el primer momento. Antes de llegar a Real Vieja ya han podido gustarse algunos mozos, en la curva de Real Vieja con Postas han chocado los bureles y, aunque lanzaban alguna miradita, hemos contemplado verdaderas maravillas de carreras en Postas, largas, con la distancia adecuada y en relevos, lo dicho, muy bonito por parte de estos jóvenes. Ahí mismo, un corredor, del que hablamos mucho aquí, se ha puesto delante de toda la torada y con los seis toros a la espalda ha cogido la espectacular curva de Postas con Real, al poco ha tenido que esquivar al primero que le ha hecho un feo y, con los cinco restantes a sus espaldas y el sexto por delante, se ha bajado con ellos hasta prácticamente la plaza de toros. Al extraterrestre cualquier día lo sacan con la manada de corrales, como un miembro más, ¡qué barbaridad!
Prosigamos, cuando aquí el bicho ha esquivado al primero, después de la curva de Postas con Real, muy hábilmente un jovencísimo corredor ha aprovechado el momento y el hueco, y con mucha decisión y piernas se ha marcado una carrera de fantasía. Mientras, los toros se iban abriendo y cada vez más corredores podían meterse y gozarlo en las astas. Con el último toro, que en el Real se ha distanciado del resto y se ha quedado a muchos metros de distancia, hemos visto una de esas carreras con brazo atrás y distancia de las que graban en la memoria, otro jovencísimo corredor por cierto, sublime.
A partir de ese momento se ha intensificado el baile de carreras, en una sucesión de carrerones con los que todos nos hemos quedado muy a gusto, pero… al llegar a Estafeta los de negro se han unido a la bueyada, complicando a los corredores de este tramo continuar con la danza tan perfecta que venía siendo este encierro.
Y así, ha terminado este fantástico y precioso encierro de corrida para rejones, al final me voy a aficionar a ver encierros de estos toros: los dos últimos que he presenciado me han encantado.