Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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'El Mene se corona sin discusión en el IV Circuito de Novilladas de Castilla y León'
Foto: @circuitocyl
Final IV Circuito de Novilladas de Cyl

'El Mene se corona sin discusión en el IV Circuito de Novilladas de Castilla y León'

Noelia Crespo | Alba de Tormes

Con la ilusión por coronarse como el triunfador del IV Circuito de Novilladas de Castilla y León llegaron los tres novilleros a la villa ducal de Alba de Tormes que presentaba un ambiente inmejorable. En el ruedo se alzó con el triunfo sin discusión El Mene tras cuajar dos faenas con elegancia, sobriedad y pureza, convirtiéndose así en el sucesor de Mario Navas y reafirmando su gran imagen durante todo el circuito. El público que llenó en su casi totalidad la plaza de la ribera del río Tormes arropó a un firme Daniel Medina y a un entregado Pedro Andrés, que no terminaron de mostrar sus mejores versiones.

Serio y con presencia saltó al ruedo «Pueblerino - 66» como primer novillo de la Gran Final al que recibió con complicaciones Daniel Medina a la verónica. Incierto por momentos y deslucido, embistió siempre a media altura y se aburrió pronto en los trastos del de Valladolid. Por derecho con suavidad y paciencia ligó con profundidad las tandas de mayor calidad a la altura de su oponente. Estuvo dispuesto y entregado, teniendo que poner más que el de Palla y dejando pinceladas de su buen concepto. Se gustó en los terrenos del animal para finalizar la faena con personalidad y empaque. Estocada caída y vuelta al ruedo tras petición.

Con gusto y personalidad logró dibujar alguna verónica de buen trazo ante «Avispado - 61», novillo que tuvo fijeza y prontitud. Comenzó de manera muy torera por ayudados por bajo provocando los olés del público. Acusó el exigente inicio en las siguientes tandas acortando en exceso el recorrido, pero Daniel logró con inteligencia y firmeza volver a cogerle el aire y meterlo en la muleta. Basó su trasteo por derecho logrando extraerle algún muletazo largo y profundo. La suerte suprema volvió a ser su talón de Aquiles. A la verónica con cadencia, temple y gusto saludó hasta los medios El Mene a «Sonajero - 38» aprovechando la repetición en un recibo de categoría que bien valió la entrada de la tarde. Con trapío y presencia de toro y astifino de pitones salió el de Gusende Moscosa al que comenzó llevándolo suave con las telas a media altura. Consiguió estructurar un trasteo basado en su mayoría por el pitón derecho ligando series con profundidad, temple y sobriedad. Se mostró elegante y dispuesto, dibujando pasajes con brillantez con la figura erguida y vertical. A base de tesón y a pesar de que el novillo se vino a menos, logró con firmeza apretarle llevándolo toreado en todo momento. Los pases de pecho que remataron cada tanda fueron extraordinarios, muy largos y hasta la hombrera contraria. Los ayudados por alto con los que finalizó la faena terminaron por otorgarle dos generosas orejas tras una estocada trasera.

Con las ideas claras comenzó la faena de muleta ante «Pulgarcito - 49» buscando afianzar al astado en los terrenos. El de Zaragoza aprovechó en todo momento la calidad de su oponente, justo de fuerzas, al que logró llevarlo con hondura y compás por derecho. Al natural, echándole la muleta por delante y tirando de vuelos llevó cosida la embestida en pasajes con pulso y de largo trazo. Deslucieron un poco los toques y enganchones, sufriendo también una fea voltereta cuando toreaba con la zurda. Se repuso y culminó una medida faena por naturales a pies juntos, dando el pecho de frente y encajándose con temple y torería. La estocada fue defectuosa, pero no empañó su gran tarde cortando un nuevo trofeo.

Apostando con actitud comenzó Pedro Andrés en la puerta de toriles para recibir a porta gayola con solvencia a «Calandrio - 36». El de Campo de Ledesma salió con casta y repetición en la capa del vitoriano, pero pronto se vino a menos, acortando recorrido con cierto peligro en las telas del novillero. Todo ganas y ambición fueron los primeros tercios, faltando quizás algo de temple, pero con la certeza de tener la atención del público. Con la incertidumbre del burel se desarrolló una faena en la que faltó entendimiento por ambas partes. Por momentos, demasiado obligado, y en otros, buscando la relajación, no logró el de Vitoria encontrar el punto en el que el trasteo alzara el vuelo. Tras varios desarmes y estar a merced en varios momentos, logró los mejores pasajes en un final por bajo con gusto y pureza. Estocada trasera y algo caída que le otorgó una oreja.

Nuevamente a porta gayola recibió a «Patrullero - 45» que, tras rematar en un burladero, se partió un pitón. Saltó como sobrero «Bodeguito - 2», un novillo más fino y de menor presencia, al que también saludó con facilidad frente a la puerta de chiqueros. Con la franela no consiguió entenderse con el de Antonio Palla al no templarse en ningún momento. La repetición y recorrido del astado quedó opacada tras acortar, de manera errónea, demasiado pronto los terrenos. Al natural sufrió un pequeño percance, pero se repuso con arrojo en un toma y daca con su oponente. Finalizó por manoletinas de valor y exposición para después enterrar una buena estocada en lo alto tras hacerle guardia el primer intento.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Alba de Tormes. Tres cuartos de plaza. Gran final del Circuito de Novilladas de Castilla y León. Novillos de Antonio Palla, bien presentados en su conjunto, pero de juego dispar, a menos en general.

Daniel Medina (de grosella y oro): Vuelta al ruedo y ovación tras aviso.

El Mene (de azul cielo y oro): Dos orejas y oreja.

Pedro Andrés (de blanco y plata): Oreja y vuelta al ruedo.

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