Al son de Las Golondrinas se despidió una figura del toreo en San Luis Potosí, Don Enrique Ponce. Sobran las palabras para resumir una carrera llena de éxitos, aquí, allá y en toda plaza donde pisó. Es una figura aquél que en un inicio se abre paso, aquél que logra conquistar públicos y aficionados. Figura es aquél que te hace peregrinar para irle a ver. Figura es aquél que en la cúspide de su carrera llega a poner a todos de acuerdo. Figura también es aquél que está lleno de detractores, sí, porque se quiera o no, se habla de él. Don Enrique es figura al partir plaza, al andar dentro y fuera de ella. Figura es, nos guste o no, el que manda, el que impone, y ahí están todos los nombres de aquéllos que han escrito con letras de oro la historia del toreo; donde Don Enrique ya tiene su lugar ganado. Yo me quedo con el Erique de hace una década y un poco más. En México, junto con El Juli, se convirtió en un consentido de la afición, ellos dos ocuparon el enorme hueco que dejo en su momento, por nombrar uno, Paco Camino. Sobran las palabras, quedarán los recuerdos, hasta siempre, ¡Maestro!
Ahora vamos realmente a lo que sucedió anoche en San Luis Potosí. Prácticamente un lleno en los tendidos. Regresaron buenos aficionados solo a despedir a Enrique Ponce, el resto, un público entusiasmado que en su mayoría bebió como si el mundo se fuera a acabar. La terna la completaba Diego Silveti y Héctor Gutierrez con toros de Fernando de La Mora. Toros como se esperaba, débiles desde su salida, sin bravura...de casta ni soñarlo. Mal presentada, despuntada; y con un novillo que si me apura era un eral que hizo de cuarto. Un sexto acochinado que fue devuelto por un juez que tardo una eternidad para darse cuenta que estaba lastimado. Lo del juez (presidente) fue vergonzoso por donde se le vea. De la suerte de varas solo dos buenos puyazos, lastimosamente breves, todo lo demás una pantomima. De los de plata, prácticamente pasaron de noche, una capea por momentos. Se salvan 2 buenos pares.
Con su primero de nombre "Remolón", Ponce poco pudo hacer con el capote. Brindó al público asistente. Con la muleta solo detalles como un bello cambio de mano, un trincherazo y una trincherilla. Cantó pronto la gallina y se fue a tablas. Mal con la espada para saludar en el tercio. Con su segundo "Chuchito" de nombre, un animal impresentable, Ponce aprovecho que por lo menos el novillo se movía y volvió a dejar de manifiesto su técnica y temple. iPero así no, Enrique! Todo pierde valor, y también quedará la mancha de un abuso como el de anoche. Mal nuevamente con la espada, encaró a la autoridad para exigir una oreja e increíblemente ya con el toro en el desolladero mandó traer la oreja y cumplir el capricho del Valenciano. Además pedía el juez que volvieran al toro para darle el arrastre lento. Esperemos que presente su renuncia y sea removido de su cargo el próximo lunes. Dos vueltas al ruedo ante una clamorosa ovación por su trayectoria, no por lo realizado esta noche.
Diego Silveti frente a sus dos toros "Cazador" y "Rompe puertas", lo mismo de lo mismo, con más de lo mismo. Trapazo por aquí, trapazo por allá, sin colocación después de cada muletazo. Buscando siempre la cara del público, aventando besos al toro. En fin, no pienso desgastarme más con él. En resumen, un Diego tan cerca de Alejandro y tan lejos de David.
El tercer espada fue Héctor Gutierrez, con su primero de nombre "Mata Cuervo", poco pudo hacer, el toro más malo de los malos que salieron. Porfió sin resultados. Se retiró en silencio. Con el que cerró plazo, primer bis "Aceituno" de nombre, dejó claro que es el mejor torero mexicano cuando se lo propone y en él tenemos muchos fincada nuestra esperanza. Tres naturales como marcan los cánones, mandando, templando y rematados detrás de la cadera. Su toreo es de los que saca el OLÉ desde lo más profundo. Tiene arte, tiene pureza, conecta por su valor. Ojalá ordene bien sus ideas y pronto los que mueven los hilos, le levanten el castigo. Seguro estoy que en la madre patria, triunfará.
Para finalizar, se debe parar la desmedida venta de alcohol que hay en todas las plazas del país. Sé que es donde ganan más las empresas, pero o se para y se controla, o dentro de poco vamos a vivir una tragedia.
