Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Fotos: García Vega
¡Vivan los toreros buenos!; Borja Jiménez se consagra y rinde Las Ventas a sus pies
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¡Vivan los toreros buenos!; Borja Jiménez se consagra y rinde Las Ventas a sus pies
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¡Vivan los toreros buenos!; Borja Jiménez se consagra y rinde Las Ventas a sus pies
Feria de Otoño

"¡Vivan los toreros buenos!"; Borja Jiménez se consagra y rinde Las Ventas a sus pies

Darío Juárez | Madrid

No era la estrella que llevó hasta el portal de Belén a Melchor, Gaspar y Baltasar lo que vio en el cielo de Madrid Borja Jiménez aupado en hombros al atravesar el umbral de la gloria, pero sí una noche de Reyes que se regaló a sí mismo primero y a todos los aficionados después, habiendo dejado firmada a su espalda y entremuros la tarde de toros más importante de toda la temporada en la Monumental. Hoy sí hubo sobre el ruedo un torero que vino a Madrid a hacerse rico. Y debe conseguirlo después de consagrarse con la corrida de Victorino -la primera de su carrera- que cerraba la Feria de Otoño y que reventó con la hondura y la verdad del toreo eterno: el bueno, el más difícil, y el único capaz de poner de acuerdo a cerca de veinte mil personas.

No es fácil echarle pulsos al tiempo después de ocho años de alternativa, salir de Sevilla sin cumbre ni brújula y tirar Despeñaperros arriba para conocer verdaderamente sus límites y pulirse en el oficio del toro fiero y complicado, pero también en el del bueno y encastado. Sacar un billete sin vuelta para bajarte en Pamplona a subirte encima de dos de Escolar. Peinarte un domingo de julio en Madrid paseando una vuelta al ruedo para volver en Otoño habiendo dejado ambiente, a cerrar la Feria con dos de Victorino, que finalmente fueron tres, después de que el inválido 1° se frenara a mitad de un derechazo y mandara a Román al hule con un tabacazo gordo que le impediría volver a salir a matar al 4°.

"¡Vivan!", respondió al unísono la plaza cuando esa voz solitaria disparó al aire -mientras Borja Jiménez se cruzaba por enésima vez al pitón contrario de ese cinqueño 4°- un "¡vivan los toreros buenos!". Altísimo, desentipado, muy montado y echando las manazas por delante en el recibo del de Espartinas, que poco tardó en hacerlo humillar sacándolo hasta la boca de riego con trabajo de lidiador. Al toro, tras salir del peto donde fue a echarse una cabezada corta apoyado sobre el pitón izquierdo, no le sobraban las fuerzas. Y no todo lo que hacía estaba del todo definido, pese a su humillación. Borja, viendo que tardeaba en la parcela de tablas, dio con la tecla de los terrenos de un chispazo proponiéndole ese incio genuflexo por delante de la segunda raya, que trajo el primer natural dormido. Acertaba sobándole al hilo en la primera serie, para a continuación apretarle y apretarse él con el toro por naturales hechos añicos, dando el pecho y la opción de embestir a los toques suaves de su muleta o partirlo en dos como una hogaza. El cinqueño, podido del todo, se terminó por entregar a otra mandona serie de derechazos templados con media muleta, antes de jugarse las femorales por gustarse y gustar a Madrid por bajo, que es como entra en trance esta plaza. El rubio de Espartinas cerraba al toro para robarle la que sería la última serie de naturales a pies juntos y de perfil, llevando a la plaza al elixir del extasis y obligándola a preparar el pie que hubiera atravesado el umbral que divide el premio de la oreja del de las dos orejas, si la espada hubiera caído entera en el hoyo de las agujas. No fue así y, de nuevo, una estocada corta y tendida quedaba postrada detrás del morrillo del toro, sin ser óbice para pasear otro apéndice que le entregaba el pasaporte directo hacia la calle Alcalá.

La otra oreja que le abrió la Puerta Grande fue del sevillano 2°, con aires cobradiezmados, fiero y encastado, además de ser el primero que mataba del hierro de la A coronada. Todo ello tras otra estocada corta con rápida muerte, después de un trasteo iniciado por el derecho tentando al toro a sentirse podido enseguida, para terminar rompiéndose con él al natural y poner la plaza del revés. La caldera reventaba y Borja le robó otra más antes de cuadrarse.

Excesiva quizá fue la del escurrido 6°, con una tercera estocada corta pero esta vez algo caída. Sin embargo, Madrid ya estaba rendida a los pies de un muchacho de Sevilla que encontraría en la tarde de un 8 de octubre de 2023 la consagración definitiva como torero.

Las bisagras de la Puerta de la gloria chirriaban porque ya estaba abierta, pero Borja creyó que lo conveniente era irse de rodillas a la puerta por donde saldría Venadito: el último toro de esta Feria de Otoño que el sevillano ha reventado esta tarde. Le costó humillar hasta que salió del caballo, donde se entregó como ninguno de sus hermanos. Encajado con el toro, proponiendo sin tirones, ejecutando el toreo con los vuelos haciendo romper al cárdeno con hondura llevándolo hasta atrás. O cómo describir el cierre de su tarde sobre la arena de la Monumental de Las Ventas de Madrid, rendida a la verdad del toreo de Borja Jiménez. ¡Torero, torero!

Traía Victorino debajo del brazo el runrún de la tarde grande que cerró San Isidro con la Corrida de la Prensa. Toreros cofrades del Divino Tesoro, de esa juventud trotamundos en el escalafón de matadores, que prometen jugarse los muslos sin necesidad de respuesta, cuando un empresario les pregunta si se animan a cerrar la segunda feria más importante de la temporada en Madrid, con una de Victorino como fue en este caso.

El tercero del cartel era el mexicano Leo Valadez, que no encontró el pulso a la tarde pese a la intención de templar al 3° para llevarlo, pero nunca para torearlo, al que Borja ya le había soplado en el quite tres lapas y la media con los aires chenelistas del color de su vestido. Y el no ver por ningún lado al 5°, que reponía como un tejón y le quitaba el aire.

* Ficha del festejo:

Monumental de Las Ventas. 6ª de la Feria de Otoño. 3/4 de entrada. Se lidiaron 6 toros de Victorino Martín, desiguales de hechuras, algunos indignos como el 6° o el 2º; humilladores y exigentes, aunque justos de fuerza. Inválido el 1°.

Román, de verde hoja y oro. Ovación. Herido.

Borja Jiménez, de lila y oro. Oreja tras aviso, oreja tras aviso y oreja. Salió a hombros por la Puerta Grande.

Leo Valadez, de rosa y oro. Silencio tras aviso en ambos.

PARTE MÉDICO DE ROMÁN:

"Herida por asta de toro en cara interna 1/3 superior muslo derecho, con una trayectoria ascendente y hacia dentro de 20 cm., produciendo destrozos en músculos aductores y alcanzando el pubis.

Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros y es trasladado a la Clínica Fraternidad Muprespa Habana.

Pronóstico: Grave, le impide continuar la lidia".

Fdo. Dr. Máximo García Padrós

Fdo. Dr. Máximo García Leirado

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