Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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'Zulueta y 'Puchero' maquillan in extremis la tercera de San Jorge'
Foto: Philippe Gil Mir
Crónica Zaragoza

'Zulueta y 'Puchero' maquillan in extremis la tercera de San Jorge'

Redacción

La novillada de Montealto, gorda y de buena presencia -no tanto en las caras- para dos figuras de la novillería hacía presagiar una tarde de triunfos. Hasta la entrada fue buena para una novillada en martes laborable. Pero la tarde fue cogiendo un tono desesperanzador. La mansedumbre extrema del encierro madrileño y la incapacidad de los novilleros para rascar el más mínimo lucimiento de animales que aunque mansos nunca se comieron a nadie dieron al traste con las esperanzas depositadas en el cartel. Ni Marco Pérez ni Javier Zulueta son responsables de la deriva de las novilladas en las últimas décadas pero si así están los máximos representantes del escalafón novilleril que Dios nos coja confesados.

El salmantino Marco Pérez dejó un halo de decepción tras su presentación en el coso de Pignatelli. El excesivo almíbar en la gestión de su carrera -la cosa cambia cuando no hay un rejoneador por delante y un, o una, sin caballos por detrás- lleva a pensar si no es muy osado entrar en la universidad con la lengua y las mates de la ESO sin aprobar. Nunca faltaron las ganas de agradar ni buenos detalles como invitar al sobresaliente Ignacio Boné a participar en quites pero sí faltaron lucimiento con el capote, con la franela mando y recursos para tapar la cara de los animales y especialmente preocupante fue el uso de la espada durante toda la tarde. Tan sólo en su último, a topacarnero, consiguió enterrar a la primera un acero que, tendido y suelto, no tardó en escupir el animal. Para plantearse el torero y su entorno si está la cosa para seis novillos en Madrid -si se le hicieron bola tres en Zaragoza, Virgencita que me quedé como estoy- y para tomar la alternativa en dos meses.

Después de estrellarse con dos mansos de carrera, se iba a encontrar Zulueta con el único bueno de Montealto, para seguir con el idilio iniciado en octubre con aquel jabonero de Talavante. El novillo de la jota, Puchero de nombre, de castañas y bonitas hechuras, peleó con bravura en dos puyazos que le permitieron a “Carioca” marcharse ovacionado de la plaza. El torero inicio con ayudados por alto no pareció beneficiar al animal, que aun así siguió con clase y ritmo la muleta del sevillano. Especialmente lucida fue una serie al natural, sin toques, en los que con la muleta arrastrada uno y otro demostraron su excelsa clase. El gusto en el cierre cerrando al novillo buscando la igualada preludió a la estocada entera en la que el torero quedó prendido del pitón en unos dramáticos segundos. Pasado el susto y sostenido por su cuadrilla - Manuel Reyes también había sido tremendamente volteado en el primer par- vio doblar al buen Puchero y la oreja, una de verdad, fue a parar al esportón de Zulueta. El broche de una tarde para dudar si nos están colando una milonga sideral con el futuro de la tauromaquia.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Misericordia de Zaragoza. 22 de abril de 2025. Tercera de la Feria de San Jorge. Antes de sonar el himno de España se guardó un minuto de silencio en memoria del Papa Francisco. Un tercio de entrada. Seis novillos de Montealto, con cuajo y remate y no tanta cara, mansos y descastados hasta la saciedad excepto el bravo sexto.

Marco Pérez: pinchazo hondo, pinchazo delantero, entera desprendida (silencio); pinchazo, pinchazo, media desprendida, tres golpes de descabello (silencio); entera suelta (vuelta protestada tras petición).

Javier Zulueta: trasera (saludos); pinchazo, entera desprendida (silencio); entera por arriba (oreja)

Destacó a caballo “Carioca” y con los palos Manuel Reyes, ambos en el sexto. Al término del festejo pendiente de estudio radiológico una posible fractura de húmero de Pedro Morales, descabalgado cuando guardaba la puerta en el segundo novillo.

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