Hablamos para POR EL PITÓN DERECHO con Dani Oteiza, una de las mejores pares de piernas que hay en la Estafeta. Corredor veterano y experto, lleva años brindándonos carreras de muy alto nivel. Ustedes lo conocerán por su larga y elegante zancada, por su impoluto blanco y rojo, por su periódico atrás y por su melena rizada rubia. Su tramo el comienzo de Estafeta, donde los toros todavía vienen con mucha fuerza, donde el asfalto quema. Hoy, siendo fiel a su buen hacer, ha sido uno de los corredores destacados de la mañana.
¿Qué se siente al tomar contacto de nuevo con los toros y con la Estafeta?
Lo de todos los días 7 de julio de todos los años, por muchos años que pasen siempre llega el 7 de julio y es como si no hubieras corrido en tu vida, tienes unos nervios que para qué. No solamente tú sino también la gente que está a tu alrededor. Todo el mundo está con una cara súper larga como si no hubieras corrido nunca el encierro, con un miedo que no veas. Hay que aguantar el tirón y al lío.
¿Cómo se gestiona ese miedo?
Por muchas cosas que digas o creas no hay nada, ni técnicas ni nada, simplemente es, como dicen los estoicos, aguantar el tirón, que llegue y ya está. A puro huevo.
¿Cuando suena el cohete desaparecen un poco los nervios?
Mas que cuando suena el cohete es cuando vienen, cuando ya dan la curva y empiezan a tirar calle arriba es cuando vas ya en positivo, desaparecen los nervios y ahí intentas hacer lo que has querido hacer y disfrutar. Pero hasta ese momento….
¿Da tiempo a disfrutar en la cara del toro?
Realmente hay pocas veces, en proporción, en las que te puedes relajar y disfrutar de la carrera. Muchas veces, porque estamos mucha gente, porque los toros vienen muy rápido, no puedes llegar a disfrutar. Muchas veces es como un apaño, como un sálvese quien pueda, mucha tensión pero hay ocasiones en que sí, en que puedes hacer lo que a ti te gusta y disfrutar. En mi caso me gusta echar la mano atrás con el periódico y eso hay pocas veces que lo puedes hacer, pero cuando lo haces es de manera consciente y eso es impagable.
En el encierro de ayer vinieron los bueyes por delante y los toros por la izquierda era muy difícil ponerse, ¿fue difícil para el corredor el encierro de hoy?
Sí, pero en mi caso que como salgo desde el lado izquierdo, tal y como venían me favorecía de alguna forma. Para mí ha sido relativamente sencillo, porque además en ese momento no había nadie en la cara del toro y el ritmo no era muy alto, eso ayuda porque normalmente abajo en la Estafeta el ritmo es muy alto.
¿Te has quedado satisfecho con los dos encierros que llevamos por ahora?
Sí, lo de ayer fue como una especie de regalo. Con la edad vas bajando un poco el pistón y la velocidad, así que muy bien los dos días.
¿Qué ganadería te gusta más?
A mí me da igual la ganaderia que salga cada día, siempre descanso un día y no miro qué ganaderia es ni nada.
¿Qué tiene Pamplona de especial?
Yo soy de Pamplona, con lo cual cualquier cosa que diga se obvia. Para mí es el encierro de San Fermín el que he conocido desde que tengo uso de razón y es una cosa que desde pequeño sabes que un día aparecerás por ahí, lo probaras y te enganchará o no. En mi caso me enganchó, pero es Pamplona, es el Casco Viejo de Pamplona y es el escenario ideal. Eso sí, el disfrute es más difícil, la suerte taurina de correr delante de un toro es más complicada que en otros encierros.
¿Cuál es el encierro que más te gusta después de Pamplona?
Tafalla. Que me perdonen los de los demás sitios, pero el encierro en el que más disfruto es Tafalla. Por la entidad del ganado, la configuración de las calles, la anchura… En cuanto a suerte taurina de correr el encierro para mí sería el de Tafalla, es el que más me gusta, pero como entidad completa de lo que es el encierro, el encierro por antonomasia y más difícil es Pamplona. Es la Catedral, el escenario es sobrecogedor, todo el mundo vestido más o menos igual de blanco y rojo y eso junto al gris del adoquín y la piedra, ese colorido es Pamplona, es otra cosa, está fuera de catálogo.