Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Desecho ganadero novilleril
Foto: Plaza 1
Feria de Otoño

Desecho ganadero novilleril

García Vega

Primera novillada de la Feria de Otoño con diferentes ganaderías. Popurri de hierros toristas y toreristas. El invento no salió bien siendo un deshecho ganadero. Los futboleros en la noche del derbi seguro que agradecieron que, a pesar de la poca fuerza de la novillada, no se cayeran y acabara a la hora.

En primer lugar salió un novillo de José González que apenas lo picaron y que manseó en los primeros tercios. Villita siempre buscó estar bien colocado con él. Dejó algun muletazo suelto aunque faltó emoción debido a la escasa fuerza del de González. La estocada cayó muy atrás y perpendicular, pese a que terminó saludando una ovación que a la postre sería la única de toda la tarde.

La falta de fuerza y la sosería fue la tónica en toda la novillada y no fue menos en el cuarto, de Quintas, con el que Villita abrevió.

En el segundo de tarde, de la Condesa de Sobral, se vio lo más destacable del festejo con un quite por delantales con gusto de Diego Bastos en su turno de quites. No se empleó en el caballo. Al utrero le faltó poder y a Jesús Moreno le faltó ajuste. No tuvo estructura la faena de Moreno y la espada se fue muy baja.

El albaceteño estuvo por debajo con el de Baltasar Ibán. El único que tuvo algo de poder en la novillada pese a que lo picó muy mal Benedicto Cedillo. Jesús no pudo o no supo resolver las complicaciones de el del Cortijo Wellington. Estocada atravesada, además de atascarse con el verduguillo.

El sevillano Diego Bastos con el tercero, de la ganaderia de Guerrero y Carpintero, alargó la faena en demasía ante un novillo que no dijo absolutamente nada. No se le picó al animal y el hispalense lo acabaría pasaportando de un bajonazo.

El cierraplaza fue de Ángel Luis Peña y para no ser menos con la tónica que llevaba el festejo le faltaron las fuerzas. Diego lo recibió con dos largas cambiadas en el tercio. El de Ángel Luis cogió al jaco por los pechos acabando por derribarle en el primero encuentro, mientras que en el segundo puyazo no se empleó. Bastos esta vez no alargó la faena y abrevió con él. Se le atragantó la espada.

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