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Tercer encierro, de Cebada Gago
Cebada mantiene su leyenda en Pamplona; primer herido por asta de toro
Tercer encierro, de Cebada Gago
Cebada mantiene su leyenda en Pamplona; primer herido por asta de toro

Cebada mantiene su leyenda en Pamplona; primer herido por asta de toro

Cristina P. Blasco | Pamplona

Decir Cebada en Pamplona es hablar de miedo y de respeto. Su historial en estas calles habla por sí solo. 22 encierros de 33 con heridos por asta,, contando el de hoy, no es cualquier tontería. Y, efectivamente, los Cebadas han jugado a ser Cebadas, en una mañana de domingo con muchísima gente en la calle. Curiosamente, y a pesar de la masificación, han aguantado muchísimo las barreras policiales. La gente que estaba en el recorrido sin intención de correr se lo ha tomado con mucha calma y eso hacía presagiar lo peor. Pero vayamos por partes:

La torada salía velocísima de los corrales de Santo Domingo, desde el primer momento ha ido estirada, lo que ha permitido que en la misma Cuesta pudiéramos apreciar las primeras carreras buenas del día. Terminando la subida, un buey y un toro han resbalado y se ha partido la manada. Han pasado por el Ayuntamiento con un colorado ojo perdiz por delante, como una bala, después cabestros con tres toros y para finalizar los dos últimos toros muy estirados, en una estampa preciosa como de antaño.

Al llegar a la famosa curva de Mercaderes con Estafeta, el colorado, Chillón de nombre, ha metido riñones y con toda la fuerza del mundo ha ido limpiando la calle. Era complicado mantenerle la velocidad, así que la gran mayoría de corredores han ido apartándose para esperar a los que venían por detrás. Por detrás venían cuatro toros estirados junto a los bueyes, complicado, pero hemos comenzado a ver como los corredores buscaban los huecos y marcaban carrerones. Después venía el último, cerrando y facilitando aún más el lucimiento.

Volvamos a Chillón, que iba volando por Estafeta. Dos corredores han tenido la decisión de colocarse con él antes de la bajada de Javier y le han ido aguantando metros y metros con un mérito enorme, puesto que además, un imprudente, por llamarlo de alguna forma, iba agarrándose al pitón del toro poniendo en riesgo a los corredores que tan bien venían corriendo. Chillón ha llegado a la curva de Telefónica, se ha ido hacia el vallado y ha aparecido el capotico de San Fermín, el momento de peligro, afortunadamente se ha quedado en un “uy”.

Hasta ese momento los Cebadas venían portándose, con sus miraditas, con sus cositas, aunque todavía no se habían puesto a ser Cebadas. Pero, ¡ay, amigo!, a un Cebada le cuesta medio suspiro romper un encierro, y Delantero n° 20 ha topado con un montón que se había formado en la parte derecha del vallado de Telefónica. Primero ha caído, parecía que se levantaba e iba a seguir pero, es un Cebada, ha decidido volverse y ponerse a embestir, cogiendo a un mozo de mala manera, que ha ido esquivando cornadas ni sabe cómo. Una de ellas no ha podido esquivarla y se convierte, oficialmente, en el primer herido por asta de estos sanfermines. Ha vuelto a nacer, y debe agradecer mucho a un corredor habitual, al cual le encanta correr sueltos y recortar, que ha coleado al toro.

Por cierto, a Delantero se le ha visto con poca fuerza, veremos qué hace esta tarde. Mientras tanto en Tejería se caía el último toro, creando también un momento de tensión y peligro.

En definitiva, encierro muy emocionante, peligroso y con muchísimas posibilidades para los buenos corredores. Cebada sigue manteniendo su leyenda de hacer de cada encierro de Pamplona algo diferente y único.

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