No importa las veces que se escuche a Chapu Apaolaza hablar del encierro, siempre se aprende y se termina reflexionando mucho y bien. Chapu es periodista, escritor, corredor, sanferminero, padre, hijo, nieto, marido y amigo, y todo ello le hace ser quien es, alguien con una sensibilidad especial para hablarnos de esta bendita pasión y más si es un 7 de julio. Es un honor, un placer y un reto entrevistarle sobre algo que nos importa tanto a muchos, sobre el Encierro, ese alma compuesta de dos mil almas. Simplemente pasen, lean y reflexionen.
PREGUNTA: ¿Qué tal ha ido este primer encierro?
RESPUESTA : Bien, el típico primer encierro de todos los sanfermines, que es un encierro de mucho nervio, de bastante gente, de mucha gente parada o bloqueada, o atenazada por encontrarse de nuevo con la carrera. Con gente a distintas velocidades, es un encierro un poco a trompicones siempre, porque la masa del encierro no ha encontrado la manera de fluir.
P: El año pasado un accidente te apartó de correr el encierro pero no de San Fermín, ¿cómo ha sido esa vuelta a la calle?
R: Tenía mucho miedo porque pensaba que después de dos años sin correr iba a tener muchas malas sensaciones, pero la verdad es que ha sido un día feliz y bonito. No sé porqué, esta mañana estaba de buen humor, llevando el miedo natural de los nervios de cada día, pero con mucha alegría. Hoy he podido sentir volver a la calle con alegría, que no es fácil los 7 de julio, que normalmente todos son presagios, y nubarrones, y pesimismo, en cambio hoy ha sido llegada al encierro muy alegre, preciosa. No he tenido frío, podía hablar con los amigos.
P: Chapu, te he leído o escuchado varias definiciones de lo que es el encierro, por ejemplo, una de ellas que me gusta mucho es “el encierro es un alma compuesta de dos mil almas”, pero ¿qué es el encierro para ti?
R: Para mí el encierro es lo que me hace ser quien soy, lo que me acerca a mi padre, a mis antepasados, a mi gente, a mis hijos, a mis amigos y lo que me unen a todo eso. Y es algo que me hace sentirme vivo.
P: Siempre digo que La Cuesta es la esencia del encierro, pero ¿qué es la esencia del encierro?
R: Creo que siempre tendemos a objetivizar el encierro en medidas, distancias, escenarios, velocidades y creo que es un error; está bien como para hablar de algo y hay muchas historias ahí, pero la esencia del encierro es la conquista del miedo.
P: Háblame un poquito de La Cuesta en un 7 de julio como es hoy.
R: La Cuesta en 7 de julio siempre parece distinta al año pasado, algo parece más estrecho o más ancho, o más largo, es diferente porque o hay más gente, o menos, la pared raspa más o menos. Todo es distinto porque durante el año la memoria ha ido modificando las cosas y retorciéndolas, la realidad. Entonces, siempre es diferente. Son los reencuentros, que muchas veces no puedes ni estar con la gente porque tienes mucho miedo y nervios. La Cuesta del 6 de julio es la bomba de la fiesta cuando en el marcador en las películas van quedando cinco, cuatro, tres, dos, uno… y entonces tú sabes que ahí va a empezar algo, está empezando San Fermín de verdad. 6 de julio es una víspera, es muy tal, es mi cumpleaños, reencontrarse con la ropa blanca, pero el 6 de julio no es un día de San Fermín todavía.
P: ¿Estabas predestinado a ser corredor de encierros naciendo un 6 de julio?
R: No creo, no creo, pero surgió así.
P: ¿Pero sanferminero sí?
R: Sí, eso sí, pero no por nacer en día 6, sino porque mi familia ha sido muy sanferminera.
P: ¿Tanto merece la pena como para jugarse la vida de gratis en tantas ocasiones?
R: No hay una respuesta, es un misterio, es algo que puede tener diferentes respuestas en cada momento de tu vida. Si tú me preguntas ahora mismo, después de correr el encierro del día 7, de verle los rizos a uno de La Palmosilla que venía por la acera izquierda y a las puertas de ir a la procesión te diría que sí, que todo merece la pena. Pero todo es una construcción mental y emocional, si a mí me coge un toro y me desgracia o me hiere muy gravemente pues en ese momento sentiré que he puesto en riesgo muchas cosas de mi vida. Nadie sabe si vale la pena, sólo los que se han ido saben, sólo ellos, pero no se les puede preguntar. De todas maneras, eso es lo que lo hace grande, que es una frontera en la que no hay referencias de si está bien o mal.
P: Ni respuestas.
R: No hay una respuesta, es un interrogante el encierro.
P: ¿Cómo se gestiona el miedo?
R: Después de darle muchas vueltas, creo que lo hay que hacer con el miedo es aceptarlo, invitarlo a que esté contigo.
P: Convivir con el miedo.
R: Convivir con él y hablarle, y decirle “hola, bueno ya estás aquí…” Cosas que no hay que hacer con el miedo: una, hacer caso a los que te han dicho no tengas miedo, pero qué chorrada, ¿cómo no vas a tener miedo? si tú puedes perder cosas en tu vida, ¿cómo no vas a tener miedo? Tenemos hijos, tenemos trabajos, tenemos padres, tenemos cosas que podemos perder en cualquier momento. Lo que pasa es que no lo vemos, seríamos imbéciles si no tuviéramos miedo; el tio que entra en el encierro sin tener miedo: eres un imbécil, además, ¿de qué te sirve entrar en el encierro si no te da miedo? Entonces, lo que hay que hacer es decirle al miedo “ven conmigo, estate aquí”aceptarlo y decirle “Mira son las 3 de la mañana, me acabo de despertar, acabo de ir al water y ya tengo el corazón a 160, entonces, túmbate a mi lado en la cama que aquí vamos a esperar hasta que llegue el momento de levantarme. Luego cuando llegas a La Cuesta le dices “mira, tío, aquí vamos a estar 50 minutos, no pasa nada, ven conmigo, porque cuando veas al toro te vas a ir.” Pero, si luchas contra el miedo es más fuerte que tú, no puedes pelear contra el miedo, no puedes controlar el miedo; el miedo te controla a ti porque está hecho de ti, está hecho con tus miedos. Eso de “controla el miedo, lucha contra el miedo y no tengas miedo” son las mayores chorradas que nos pueden decir en la vida.
P: Marcela y Rafa se han jubilado, hoy Susana Nagore ha dado el relevo… ¿tanto ha cambiado el encierro?
R: Sobre todo el que ha cambiado eres tú, el encierro se mantiene, afortunadamente, y se mantiene su esencia que es la de vencer el miedo. A veces la gente está más cerca, otras veces corren de manera diferente, ahora los pibes, los cazapokemos están muy fuertes y son muy valientes. ¿Es diferente? Sí, pero la esencia es la misma. Esto seguirá igual por los siglos de los siglos, nosotros nos iremos y esto seguirá igual. Creo que uno de los miedos que tenemos siempre es porque nos gusta mucho el encierro y tememos que se modifique; y entonces queremos modificarlo o mantenerlo nosotros y eso es un signo de soberbia, yo no tengo que modificar nada aquí.
P: Que fluya.
R: Que fluya y ya está, igual que yo llegué y el encierro que yo he corrido era distinto al que corría mi abuelo, el que corra mi nieto si quiere será diferente. Intento pensar que cuando estoy notando que el encierro ha cambiado mucho, y que los toros cada vez van más rápido, y que hay menos huecos porque hay antideslizante, y que los pibes se suben encima de los toros, se meten en la cara y le van contando cuentos a la oreja, pues la señal no es que el encierro ha cambiado, igual la señal es que yo discretamente tengo que irme a mi casa.
P: O no
R: O no, pero que el que sobra en el encierro siempre es el mayor, lo que pasa es que el mayor intenta secuestrar el encierro, porque llevas 30 años aquí y esto te importa tanto que lo protegerías con tu vida. En realidad, cuando has llegado a ese punto lo siguiente que debemos comprender es que en el encierro ya te ha pasado la manada. Disfrútalo y relájate, y ya está.
P: Y a seguir la fiesta
R: Eso es muy importante. Eran conocidos los patas, la gente inconsciente, y eso ha cambiado mucho, mucho. Ahora, la gente es súper seria, entonces, coño, ¿tan serio? ¡Hay que contarles un chiste guarro o algo! Antes del encierro todos los chicos súper serios, súper serios, venga, vamos a reírnos un poco que esto es una fiesta; y después del encierro vamos a pasarlo bien, no la gente que están muy contrariados porque no han cogido toro en el día 7, “chico, que estás en San Fermín, que no estás en unas oposiciones a policía foral ni en un juzgado”. Esto es una fiesta y hay que vivirlo como una fiesta.
P: ¿Quieres añadir algo más?
R: Que no se lo tomen tan en serio, o sea, que se tomen en serio el respeto al encierro, y a la fiesta, y al santo, y a los compañeros, pero joder, qué se lo pasen bien.
P: Que lo disfruten.
R: Que lo disfruten, y que relativicen, y que no tienes que coger toro todos los días, y que no tienes que estar ahí…. que no, que esto es una suerte que nos ha tocado, y si un día le ves los rizos y tienes esa sensación que terminas un encierro de ocho que se te sale el corazón por la boca pues ya está.
P: ¿Eso se cura con la edad?
R: No, sería lo suyo. Yo cogería a los chicos por la solapa cuando se van a su casa enfadados porque no han cogido toro “tío, no vas a coger toro todos los días, esto es una fiesta, vívela”