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'Javier y Macarena Zulueta: historia de una herencia ligada a la tauromaquia'
Javier y Macarena Zulueta

'Javier y Macarena Zulueta: historia de una herencia ligada a la tauromaquia'

Noelia Crespo

Hablar de toros en Sevilla es hablar de una familia que lleva décadas ligada a la tauromaquia. Javier y Macarena Zulueta son dos hermanos que desde muy pequeños han vivido el mundo del toro desde dentro, concretamente desde un patio de cuadrillas como ellos mismos nos cuentan: “La tauromaquia nos corre por las venas ya que desde chicos la hemos vivido en casa y nos hemos criado en el patio de cuadrillas de La Maestranza. En primer lugar, nuestro padre fue novillero y banderillero, y actualmente alguacilillo de la Maestranza como nuestro tío, y anteriormente lo fue mi abuelo paterno; por parte de padre también tenemos a nuestro tío, Gabriel Rojas, que es ganadero, y también hubo una saga de picadores importantes del principio del siglo pasado, “Los Trigo”. Por parte de madre nuestro abuelo, “Lebrija”, fue novillero, banderillero y puntillero de la Maestranza, que también se remonta al siglo pasado en el que mi bisabuelo “Lebrija” fue el primero; nuestro tío Manolo Lebrija, que hasta este año ha sido banderillero del maestro Curro Díaz. Por último, mi tío-abuelo Paquito Ruíz que fue novillero, banderillero y apoderado de Manuel Benítez “El Cordobés”.

Con tales antecedentes y grandes referentes lo extraño hubiera sido que ambos no hubieran salido aficionados a los toros, y aunque cada uno desempeña su función, ambos sufren y viven la profesión del otro con grandes nervios e incertidumbre. “Yo vivo las tardes de mi hermano con muchísimos nervios, al final, tanto yo como mis padres vemos todo lo que se esfuerza y sacrifica día a día por llegar a su objetivo y sabemos que se merece triunfar, pero claro que hay factores que uno no controla y a veces el resultado no es justo con todo el trabajo que hay detrás”, nos cuenta Macarena en referencia a las tardes en las que torea su hermano. Javier también nos admite que lo pasa mal ya que “aunque ella no se ponga delante del toro, sé la responsabilidad que conlleva ser alguacilillo. Pero, sobre todo, disfruto mucho de ese día porque sé que ella está disfrutando mientras hace el paseíllo. Cada vez que ella sale me llena de orgullo decir que es mi hermana y es muy bonito saber la ilusión que tuvo desde chica en ser la primera mujer alguacililla de la Maestranza”.

Cabe recordar que Javier Zulueta es el reciente triunfador del Alfarero de Plata, ha caído de pie en la bilbaína Vista Alegre, además de haber dejado un regusto de toreo bueno en la última novillada nocturna celebrada en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. A pesar de ser uno de los novilleros sin caballos que está cada vez más en boca de los aficionados, es consciente de que “ahora me toca seguir entrenando y preparándome para seguir evolucionando y dar una dimensión mayor cuando la gente me vea. Realmente todavía no soy nadie y esto acaba de empezar, pero si es verdad que mucha gente ya me reconoce, y eso es bonito”. Entre sus virtudes destaca el temple, la naturalidad y el mando, siendo su principal referente Morante de la Puebla al que considera “como uno de los toreros más completos del que se puede ver tanto la tauromaquia antigua como la actual, e incluso ese concepto “artista” pero poderoso”. Tras conocer esta revelación había que preguntarle acerca del capote que le regaló el diestro cigarrero a su padre en la histórica tarde del rabo, a lo que nos comenta: “No me lo creí, cuando el maestro se lo dio a mi padre y dijo: “para tu hijo, que está andando muy bien”. Es increíble pensar que yo tengo ese capote. La gente me dice que lo enmarque y lo ponga en mi casa, sin embargo, lo utilizaré. Si el maestro me lo dio a mi es para que lo utilice, sino se lo habría dado a algún conocido. Además, es una ilusión mía y me quiero pegar el gusto de torear con ese capote, eso sí, solo en alguna ocasión especial y luego lo guardaré.”

Por su parte, su hermana Macarena debutó como la primera alguacililla en Sevilla el pasado 2 de octubre del 2022 acompañada de su padre en una tarde en la que nos cuenta que: “la viví con muchísima ilusión pues es algo que siempre quise hacer y que llevaba esperando muchísimo tiempo. Pero estaba también muy nerviosa ya que es una plaza que impresiona muchísimo, aunque al recibir el cariño de todos los presentes, esos nervios se fueron apaciguando”. Ejercer esta profesión siempre fue uno de sus sueños y finalmente no tuvo ningún obstaculo para lograrlo: “desde pequeña, siempre dije que quería ser alguacililla como mi padre. Al cumplir la mayoría de edad, me dio un poco de miedo que me pusieran algún impedimento por el hecho de ser mujer, pero finalmente fue todo lo contrario. Me llena de orgullo saber que el mundo del toro evoluciona junto a la sociedad y que la mujer tiene cada vez un papel más importante en este mundo”. Además, le preguntamos por sus labores para que todo aquel sepa exactamente de que se encarga la figura del alguacil: “las funciones que ve más el público son el despeje de plaza y la entrega de las orejas. Sin embargo, hay otras labores que por lo general se desconocen, como son mantener el orden en el callejón, los cambios de tercio y asegurarse que se cumpla el reglamento en todo momento de la lidia. Los alguacilillos son el enlace entre los delegados con los toreros y sus respectivas cuadrillas”.

Finalmente, ambos guardan un deseo para el futuro y es poder compartir una tarde de toros en su Sevilla, siendo Javier el que triunfe y que sean tanto su padre como su hermana quienes le den las orejas. Sin duda, una ilusión familiar que solo el tiempo nos dirá si se cumple, mientras tanto, seguirán preparándose diariamente por seguir cumpliendo sus sueños.

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